Al acabar, derramas en mi boca un sabroso infierno,
no te basta el jadear, en un solo beso,
aunque tu corazón ansioso late en cada movimiento,
la sensación de sentirnos cerca y quedarnos sin aliento.
Penetras tus labios suavemente en mi cuello,
los clavas dejando tu aroma, una especie de sello,
un mordisco lento, mientras me acaricias el cabello,
una orquesta de gemidos ¡Calla! que sonido tan bello.
Un amatorio, de tus piernas yo siento,
la tembladera intacta, de todo menos algo violento,
la saliva caliente y dos cuerpos ardientes,
la satisfacción de dejar, todo dentro, latente.
© -A.R.
Ciudad de Guatemala 08 de mayo de 2,019
Alucinante, obra de arte del erotismo…¡muy bueno!
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¡Encantada de tenerte por acá!
Muchas gracias.
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Ahí tu vecino Ricardo, el que le ha cantado a las señoras de 40 (que por cierto ya tienen 70) llega a leer este poema tuyo y hace un disco doble ¡con seguridad!…la verdad tus palabras crean al instante la dimensión física de lo que transmiten, y eso es todo para quién escribe.
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¡En serio te agradezco tanto por increíble motivación! 😍😍😍😍😍😍😍😍 Siempre serás bienvenido
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Lo tuyo es muy bueno y no porque lo diga yo…¡vamos por más! Que la luna inspire una nueva noche donde el sudor de tu pasión quede plasmado en palabras de tu próximo poema…
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Bastante apasionados estos versos que describen muy bien el momento del amor. Un saludo fraternal.
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¡Gracias! Que bueno que te gustó.
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